Soy la serpiente que ya no se muerde la cola
Cerrar ciclos. ¿Es verdad que yo cierro los ciclos, o la vida lo hace por mi? Será que definitivamente soy yo quien toma decisiones, o ya se encuentran definidas por el continuo espacio-tiempo que todo lo tiene resuelto, y yo solo sigo el papel sin conciencia. Ojalá mi nivel de expansión algún día me permita comprender esto. Si me senté antes de nacer a escribir esta historia, buscando las personas para relacionarme, eligiendo mis familiares y mis circunstancias. O mas bien, si por cosas del caos, aparecí en la vida de este planeta y sin un sentido claro comencé a darle forma a esto que soy a partir de mis genes. Es posible también, que solo sea una criatura mas que ha evolucionado por muchas vidas. Estos dilemas en los que cuesta tanto pensar y comprender no deberían ser objeto de revisión, pues minuto a minuto nos estamos adormeciendo como mecidos por unos preceptos creados para que justamente estemos en distracción permanente, dando rienda suelta al hedonismo que nos invita al placer de los sentidos y eventualmente a engañarnos creyendo que estamos en crecimiento personal por asistir a talleres y eventos que abundan donde un instructor se ha entrenado para creer que puede transformar la vida de las personas perdidas.
Llevo muchos años en búsquedas de este tipo, haciendo cursos, leyendo y observando a mi alrededor como muchos conocidos participan felices de esto. Pero cuando nos enfrentamos a situaciones cotidianas que ponen a prueba nuestras fortalezas, emergen las peores debilidades. Y creo, firmemente, que una de las peores debilidades es el ego... El alimentar ese alguien que creemos que somos para que los demás nos vean como quisiéramos que nos vieran... Y finalmente, terminamos dando gusto a los demás y con un vacío cada vez mas grande con nosotros mismos, por no habernos hecho caso. Hablo en plural y es atrevido generalizar, pero me quiero sentir acompañada en esta trampa.
Y depronto, en medio de un dolor que parece infinito en mi interior, levanto la cabeza y siento como se ilumina una red de color azul... Un sistema circulatorio parecido al de las glándulas mamarias o a la sangre que corre en mi cuerpo, pero lo que circula es algo que no puedo ver y se conecta con personas. Descubro entonces, con toda la fuerza como aquellas amistades escondidas, olvidadas o simplemente que no veía por "falta de tiempo" se levantan y me soportan. Esto es un regalo celestial... Nunca me imagine la solidaridad de tantas mujeres que como yo, se han enfrentado al miedo y al dolor con valentía. Y unos hombres que ignorando sus determinaciones impuestas, se han vuelto bastones de luz. Y una familia que como el gran árbol despliega sus ramas para mi y mis polluelos.
Cierro este ciclo, con o sin el permiso del continuo... Y solo me queda agradecer por la posibilidad de haber hecho visible que estoy conectada, mas de lo que yo pensaba, con quienes han hecho el esfuerzo por despertar de ese adormecimiento, que se han revelado contra el consumismo desbordado, que sueñan un suelo mas fértil y un agua mas pura, que se descubren en su yin-yang para equilibrar la balanza con la sutileza y fuerza femenina, quienes creen que la grandeza no es una opción sino un deber evolutivo, quienes me sacan una sonrisa y siembran un flor en mi Jardin arrasado... Gracias a estas personas.
Y gracias a mis hijos, mis tres faros, mis ojos en el futuro, mi vida en su vida, su vida en la mía. Antes pensaba que tres era multitud... Hoy siento que es la trilogía, la Trinidad, el triángulo que me protege y me ilumina, por ellos y para ellos. Aquí estoy. Arando la tierra, cuidando las tres semillas... Protegiendo con toda mi alma el pequeño arbusto que ha sobrevivido, nunca mas seré resistente. Solo seré resiliente, cada vez que sea necesario, seguiré los flujos vitales, aceptando que todo lo vivo y lo no vivo se transforma, nace, muere, florece, vuela, anochece y amanece.
PD. Creo que la transformación surge cuando nos entregamos y pedimos ayuda al Gran Espíritu que habita en nosotros.. Por supuesto que hay grandes maestros que nos apoyan para ver el camino... Y sus vidas son testimonio de ello. Pero es que me aterra tanta charlatanería de nueva era que solo sirve para enredar mas las vidas ajenas, y por supuesto no aplicar ningún principio a las propias.
Oye libelula tu ya encontraste tu razon de ser particular si de casualidad en uno de tus cursos te encuentras una razon de ser general me podrias por favor dar un soplo?
ResponderEliminarOye Juan, no te saltes las reglas, nada se soplo... Recuerda que el maestro aparece cuando el aprendiz esta listo... Llevo años esperándote!! Cuando será que estas listo? ;)
EliminarCreo en la resiliencia :)
ResponderEliminarSaludos
Gracias Pamela!! Muchos abrazos!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA raíz de tu escrito, me pregunto con mucha fuerza, a propósito de mucho de lo que me ha pasado últimamente, como mamá, como mujer, como esposa, como hija, como profesional, como el todo que soy, por la idea de Dios. Si a ti te enferma la nueva era y su charlatanería, tus palabras reafirman mi idea de un Gran Espíritu, efectivamente, habitando en cada quien. Voy en contra, y me choca y me molesta como a ti la nueva era, esa idea de Dios omnipotente y sobrenatural, sacrificado y extremadamente poderoso, para quien no hay límite, pero quien, además, tiene el poder dado de definir el curso y la autonomía de nuestras vidas. Me opongo rotundamente a esa idea, me opongo a la idea del "servicio a Dios", me opongo a esa falsa y mal interpretada idea de trascendencia. Quiero pensar en ese Gran Espíritu que hay mi, pero sabiendo siempre que mi vida es el producto de mis decisiones, y que tengo total autonomía (hasta donde sea posible) para cambiarla como yo quiera. Si hay algo más allá, más poderoso que regule y defina nuestras vidas, no creo que la posición sea -al estilo de las malversaciones de la idea de religiosidad de Einstein, cuya esencia es apasionante- callar y comer entero "porque así lo quiere Dios", sino maravillarse por los vericuetos de la existencia, y luchar sin descanso por lo que se quiere. Al diablo, literalmente, con esa idea pasiva, ignorante y consumista de Dios. Un beso (y gracias por tan provocadora reflexión).
ResponderEliminarElena, gracias por tus generosas palabras. Es maravillosa tu reflexión, la comparto totalmente. Miles de abrazos!
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