Rebeldía

Me rebelo. Todas las noches antes de ir a la cama paseo hasta tres veces por cada habitación de mis hijos y les toco la frente y el corazón. Puedo parecer la loca que quiere saber si respiran, pero de paso puedo sentir la armonía en su cuerpo y la paz en sus sueños. Luego, a eso de las 12 de la noche cuando se despierta el bebe, lo llevo a mi cama y le doy de lactar por el resto de la madrugada. Esto no lo cambio por nada. Me rebelo entonces a todas las ofertas mundanas que nos piden a gritos participar del comprar, consumir, botar, incluyendo dentro del mismo paquete a la cosas, las personas y las relaciones. 


Me rebelo cuando prefiero seguir lactando después de los seis meses y cantando canciones infantiles a mis tres hijos de distintas edades para que llegue a su corazón algo mas que el ultimo reggeaton, para no perder esa maravillosa inocencia que los conecta con la conciencia superior. Es absurda la manera como esta sociedad se comporta con las madres. No solo es un lío a la hora de la contratación laboral, sino que además se ve todo como si fuera caótico, como si tener hijos ocurriera como algo fuera de lo normal, algo que no forma parte del día a día. 



Me rebelo a las maravillas que ofrecen los placeres egoístas, donde solo cuentan nuestros traumas de infancia, nuestros rayes de adolescentes tardíos, donde importo yo y mis necesidades primitivas, dejando de lado y evitando asumir por encima de mi la responsabilidad que me han encargado con  tres angelitos que llegaron a mi vida. Aquí estoy, de frente a la vida,  con mas piso que nunca para de una vez por todas decir si a mis decisiones, para afrontar con la fuerza con la que parí estos tres cachorros, para vivir con ellos el minuto a minuto que estoy disfrutado como nunca he disfrutado nada mas en toda mi existencia.



Ser mama sin duda cambia la vida. La vuelve intensa, de todas las tonalidades, emerge lo bueno, lo malo, lo bonito y lo feo que llevo por dentro, saca lo mejor y lo peor de mi, me sube, me baja, me lleva, me trae. Me transforma en alguien que no conozco, en una mejor versión de mi misma, porque ahora, mas que nunca siento toda la intensidad de ser la creadora de todo esto. Me rebelo a la competencia, a la critica, a la búsqueda de cuerpos ajenos en anuncios, a la necesidad de agradar a otros. El poder de mi sangre, de mi útero, de mis generaciones pasadas esta aquí conmigo, todas las mujeres que hemos creado hijos, obras, ideas, libros, pinturas o hechos somos diosas y merecemos seguirnos convirtiendo en oro para que justamente, algún día nuestro centro no este en la búsqueda de machos alfa, sino en la comunión con nosotras mismas, en las libertades que nos unan a través de las raíces de los arboles. Todas somos una, todas somos ciclo, todas somos creación, todas somos fuerza.

Comentarios

Entradas populares