Papá, palabra que significa felicidad


Cuando mi hijo mayor tenía cinco años estábamos jugando al significado de las palabras, entonces el me decía:
-¿Cómo se llama esa palabra que significa miedo?
-Trueno- respondía yo. Pues mi hijo le tenía mucho miedo a los truenos.

Y así, una palabra tras otra íbamos describiendo significados. Entonces se me ocurrió preguntarle:

-¿Cómo se llama esa palabra que significa felicidad?
Y el respondió contundente: -Papá.

A lo largo de mi vida como mamá, compartiendo con muchas madres, amigas, familiares y mujeres en general he descubierto las maravillas del mundo femenino y la profunda necesidad de reconciliarnos con nuestro lado masculino, de reconocer a los hombres como complemento. Esa figura masculina es necesaria para que los niños puedan crecer en un ambiente sano.  Para las mujeres, el padre es la primera forma masculina que se reconoce y la que va a definir sus relaciones con amigos, novios, esposos, jefes, etc. Por eso, si un padre es agresivo puede ser lo que en el futuro las hijas escojan. O al contrario, un padre presente, amoroso, respetuoso, será un excelente modelo para las relaciones sociales. Sin embargo, ser padre es más que una figura representativa en la vida de los niños.

Para los papás no es fácil integrarse en su rol, ya que el mundo machista los ubica como figuras únicas de poder, los que aportan económicamente, los que llegan cansados de trabajar y deben encontrar todo en orden, los que definen los castigos y en últimas a quien se le tiene más temor. Esto afortunadamente ha cambiado. Los padres de hoy son más amistosos, mas cercanos, incluso se los tilda de alcahuetes porque son los que premian y juegan, evadiendo las rutinas y las reglas solicitadas por la madre. 

Ni un extremo, ni el otro. El equilibrio no está en una única vía. Creo que cada hombre cuando se hace padre experimenta una serie de sentimientos diferentes a los de la mamá, especialmente en los primeros meses de vida cuando no tiene mayor protagonismo con el bebé. Hacerse padre implica reconocerse a si mismo en su propia infancia, en su presente y los cambios al ser el soporte emocional y económico en la familia, en encontrarse como esa persona que juega pero orienta; que toma riesgos controlados para enseñar a los hijos a ganar seguridad; que habla pero también escucha, que respalda a la pareja con base en acuerdos, que ejerce valores de justicia y valentía.

Ser padre es una decisión. Quienes la han tomado lo viven desde su historia y personalidad, pero todos los que crecen junto con sus hijos manifiestan que son mejores personas, que cuidan más de si mismos, que se sienten niños felices de nuevo. Y para los hijos contar con un padre presente, que abraza, que lee cuentos, que cocina recetas locas, que se esfuerza, que respeta profundamente a su pareja y que propone retos, es definitivamente el significado de felicidad. La palabra papá para los niños es eso, felicidad y seguridad. 

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