Célula en esporulacion (este equipo no tiene tildes)

La teoría de los fractales es un hecho en mi. El universo en pequeño, la célula que se divide no en dos, sino en muchas partes, en esporulacion, como si quisiera dejar una parte entera de si, en todas partes. Llevo dos semanas con síndrome de nido total, organizando aquí y allá, con una responsabilidad laboral inmensa, intentado cubrir todos los flancos; entre un ratico de juego con mi pequeña princesa y algo de charla espontanea con mi hermoso hijo mayor, quien entre un x-box, la bici y sus amigos, me da besos a mi y a mi panza, con una naturalidad que asusta, pues esta tan feliz que no parece perturbado con esta mama loca organizando cosas por aquí y por allá. Hay tiempo para ir a cine con mi esposo, a ver "el árbol de la vida", hermosa película que nos deja sin palabras; hay algo de espacio para hacer los dibujos de bienvenida al nuevo bebe y doblar su ropa, alistar la cuna, maleta completa. Entre libros por escribir, saco minutos para visitar a mi hermana y mis hermosas sobrinas, para hacer terapia con un bioenergetico y escuchar interesantes charlas educativas de mi papa; tomar onces con mi mama, dirigir un equipo de trabajo, sacar lo reciclable... en fin... dividida en mil partes.

Hoy, finalmente entendí que mi cuerpo esta haciendo todo esto para entrar en la fase de silencio y quietud, que se esta preparando para la lactancia salvaje, donde solo somos nosotros, mama-bebe-papa-hermanos. También entendí, que esa conexión con el universo es algo muy extraño, que desde la mas pequeña célula de mi cuerpo hasta la nebulosa mas lejana de la galaxia, hay una estrecha relación. Y eso esta dado desde el principio hasta el fin. Tengo que decidir donde voy a dar a luz. Tengo que decidir como cerrar con broche de oro mi ultimo embarazo, porque la maternidad llega a su ultimo ciclo y no me puedo dar el lujo de dejar algo abierto. Mi primer parto fue 100% clínico, doloroso, angustioso y justo antes de que naciera mi hijo, estaba a punto de entregarme a la muerte. No exagero. Llego un momento en el que no tenia fuerza para nada mas, donde todas las condiciones estaban adversas para los dos, y entonces, como un milagro, Juan Manuel nació.

Quede mal por mucho tiempo, física, emocional y psicológicamente. Por eso, cuando supe que mi segunda hija venia en camino, hice todo lo posible por prepararme muy bien para el parto y lo logre. Fue un entrenamiento con una doula, a pesar de que iba a dar a luz en una clínica, con todos los procedimientos clínicos y todos los mecanismos interventores e invasores de mi instinto, esta bella señora me hizo volver a creer en mi, me devolvió la confianza en mi cuerpo, mi femineidad y sobre todo, mi fuerza interior. Ademas, mi esposo estuvo presente y Antonia llego al mundo en una fría y blanca clínica, rodeada de aparatos y donde la mama había pasado por lavado intestinal, pitosin, ruptura artificial de membranas, pero absolutamente feliz y reconciliada con la maternidad.

Ahora viene Martín. Y mis miedos emergen desde el protocerebro mas primitivo. Se lo que no quiero. Se lo que quiero. Pero debo decidir y aun no me siento tan segura, es como si quisiera depositar la seguridad en el medico, o en el sistema de salud y no en mi. Hoy, con 37 semanas, llego a mi vida la opción de parto en casa. Se que para muchas personas suena loco, imposible e irresponsable. Pero también creo que es la oportunidad de ser por primera vez la responsable y segura mama que sabe lo que necesita su crío. Es conectarme con mi sabiduría femenina y tomar el riesgo de dejarme llevar por el lenguaje de mi cuerpo, por la naturaleza de mi bebe, por la vida misma y su flujo infinito. Aun no lo he decidido, pues finalmente soy yo quien decide, aun no lo he consultado con Martín, se que se me viene el mundo encima. Es una decisión de ultima hora, es una decisión de vida. Cierro los ojos, confío y siento.