Trilogía

Episodio I: Nervios, cambio radical de vida, novedad, juventud, reposo, parto difícil, recuperación lenta, asimilación- acomodación.

Episodio II: llamado desde el fondo de la tierra, reconciliación, yang, parto maravilloso, posparto complejo, dos cachorros creciendo juntos, una mamá nueva.

Episodio III: llamado desde el fondo del cielo, sorpresa, miedo, descubrimiento, aventura, regresión...

Ya estoy en la semana 36 y siento que se me acaba el tiempo, que se me escurre el reloj de arena entre mis manos, que no me tomé suficientes fotos, que no dormí lo que necesitaba, que no compartí el tiempo adecuado con mis otros hijos, que aún falta la cuna, que no he abierto suficientes espacios, que no me tomé cafecitos con muchos amigos queridos, que no medité lo necesario, que me faltó ejercitarme más, comer más almendras, arruncharme más con mi esposo, decirle lo hermoso papá que es y que simplemente no puedo controlar mis contravías hormonales; se me acaba el tiempo con esta panza maravillosa que aún me sigue sorprendiendo, como si cada cosa que me pasa nunca hubiera pasado. ¿Es normal olvidarlo todo?

La teoría dice que las madres olvidan las contracciones y el momento del parto como mecanismo de defensa para luego tener más bebés; yo recuerdo claramente la sensación y el olor de mis bebés; lo que no recordaba era la forma en que se altera la memoria, la cordura y el tiempo. No recordaba por ejemplo, que al comer, una parte de la comida cae sobre la panza... o que debo escribirlo todo porque se me olvida a los cinco minutos lo que iba a hacer... o que puedo pasar de la risa al llanto con la facilidad de un niño de 3 años... pero aún, no recuerdo cómo respirar durante el parto. No asimilaba que todas las funciones son más lentas y que el cuerpo es tan inteligente que parezco en una crisálida, donde todo va a otro ritmo, así me empeñe en vivir a las carreras, subir y bajar escaleras como si nada y tratar de escribir para mi trabajo con la misma fluidez.

No, es el momento de parar (¡aún no de parir!). Debo parar y sentir. Slow... En un libro de Murakami, la protagonista se siente como caracol sin concha... en este episodio me siento así. Me falta el lugar de mi misma para esconderme, para perderme por un momento de todo lo que pasa a mi alrededor y entregarme junto con Martín, al vaivén de los movimientos fetales, a los sonidos del líquido amniótico, a la tensión de cada contracción, que llega, se queda un instante a manera de reloj despertador, para luego perderse en la bruma del pasado.

Sólo pido dos semanas más... es el último embarazo que voy a vivir, es mi último momento y necesito tiempo,  no quiero recuperar nada, sólo sentir que tuve unos minutos de tranquilidad, de conexión con el ahora, de vida en la vida, de abrazo a mi misma, tomando aire y fuerza para lo que viene.

Comentarios

  1. No te agobies que no es un final sino un nuevo comienzo. Si no te da tiempo de hacer algunas cosas ahora, ya las harás después. Ya verás como todo sale bien. Disfruta del momento que son épocas muy especiales. Un fuerte abrazo. Yaneth http://yanethpoints.blogspot.com/

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  2. Luisa, que bueno saber que estás bien y que tu bebé va de maravillas.
    Una siempre siente que faltaron cosas por hacer, pero supongo que es parte de ser mujer.
    Ya te queda tan poquito, ojalá nos cuentes como van antes de que llegue el parto.
    Ah, lo olvidaba, lo de la falta de memoria... lo vivo a cada momento, te entiendo absolutamente, je.
    Saludos.

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  3. Gracias por sus lindos comentarios!!! lo tendré muy presente... ya quedan pocas semanas, las tendré al tanto de todo!!! abrazos

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  4. Luisa, pasa a verme, te he dejado algo.

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  5. Luisa, pasa a verme,te he dejado algo.

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  6. Pamela!!!! que hermosa! gracias por las flores, que honor!!!! muchos abrazos desde Colombia :)

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