Segundos que lo cambian todo

A propósito del día del padre y de todo lo que tiene que ver con la paternidad, recordé en estos días que mi fumador papa dejo el cigarrillo hace aproximadamente 8 años. La noticia de su recuperación llego a través de un e-Mail donde anunciaba que su nieto Juan Manuel cumplía 6 meses de nacido y el, una semana sin fumar. Para ser sincera no le creí mucho, pues llevaba fumando desde los 18 años... Así que me pareció bonito el intento pero sin esperanza. Llego entonces el abuelo a visitarme a otra ciudad y vi que estaba ayudándose con gotas homeopáticas para superar la ansiedad de no fumar. Ahí ya me di cuenta que llevaba un mes y que era un esfuerzo muy grande el que estaba haciendo día tras día. Viajamos entonces desde esa ciudad llamada Armenia hasta Bogotá, empacamos maletas con bebe y perra a bordo, en el carro de mi padre. Depronto, dos de la tarde y bajando una carretera llamada La Línea, vemos que salen del monte unas personas pertenecientes a un grupo armado que había decidido tomársela. La reacción de mi papa fue retroceder y llegado un punto dar la vuelta para regresar a mi casa. Pero no. Habían hecho la toma por ambos lados de la montaña y no había posibilidad de huir. Fue entonces cuando sentí miedo de verdad. Mi bebe, de 7 meses y en medio de esto, me miraba como si nada, jugaba como si nada y para calmar mi ansiedad le di pecho. Nos revisaron el carro, nos pidieron que nos bajáramos porque iba a a haber enfrentamiento con el ejercito y bueno, entre la multitud de viajeros comenzamos un extraño éxodo hacia ningún lado porque esto era en la mitad de una carretera. La multitud caminaba en medio del desconcierto y de la nada comenzaron a sonar disparos. Así que no tuvimos mas remedio que escondernos en un bosque... Con la fiel perra llamada Cala y el bebe entre una silla canasta. Yo sentía que debía proteger a mi bebe por encima de todo y entonces escuche que unas mujeres gritaban "¡Un cigarrillo... Quiero fumar!" y volteo a mirar a mi papa, y veo como el levanta su cabeza y como un sabueso rastrea la voz de la mujer... Su cara decía lo mismo que ella... Fueron segundos porque el ya casi se dirigía hacia esa voz... Entonces, por un momento no escucho las balas, no pienso en Juan Manuel, olvido donde estoy (en medio de un bosque de pinos que huele mal), tomo la pañalera y del bolsillo pequeño, saco las gotas homeopáticas... Con el gotero tomo lo que puedo, me arrastro hacia mi papa, el me mira, abre la boca y le empiezo a gotear una a una esa sustancia que de inmediato nos devuelve al lugar. El me mira cómplice, yo lo miro como una jueza. Nos reímos por un momento y volvemos a sentir pánico. Puede que lo mas relevante de esta historia haya sido que no nos paso nada, que llegamos a Bogotá sanos y salvos, que no había señal de celular y la familia estaba en shock al ver la noticia y saber que estábamos en medio de eso. Pero para mi fue revelador ver que unos segundos hacen la diferencia. Que por un momento hubo un ahora, un estar presente, una posibilidad de cambiar el rumbo de una historia. Mi papa ya completa casi 9 años sin fumar, ha pasado por mil procesos personales y cada día intenta algo nuevo para ser mejor persona. Y parece que es eso lo que debo conatarle a Juan Manuel cuando sea mas grande y pueda comprender el contexto histórico, social y político de nuestro país, que la vida se construye no día a día, sino segundo a segundo, que cada uno de ellos es valioso y hace diferencia. Las consecuencias de los segundos que vivimos, marcan ese futuro inexistente, abren un camino distinto para llegar a donde tengamos que hacerlo. Unos segundos conectados con nosotros mismos,no es pensar antes de actuar, es simplemente entregarse al presente y confiar, saber que no habrá arrepentimiento, ni culpa, ni dolor si nos guiamos por nuestra propia realidad, no la que anestesia, no la que nos programa para cerrar los ojos y lanzarnos al vacío... No, son esos instantes que a manera de fotografías simultáneas nos revelan lo que realmente significa vivir, lo que realmente significa morir... Y en este segundo, me entrego de nuevo.

Comentarios

  1. MATAR FUMA
    Dicen que cada cigarro que uno fuma, le acorta la vida en 8 minutos. Pero carajo!!, el trabajo acorta la vida 8 horas al día y encima dicen que es salud...

    Megusta tu blog, ya sabras quien soy no?
    besos

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  2. Se quien sos! Juju, me gusta que te guste!

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  3. Hola Luisa, que experiencia más fuerte han pasado, que bueno que terminó bien.
    Tu padre es un hombre muy fuerte.
    Saludos

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